Conventillos de Buenos Aires

Aquí mi nota en el periódico El Sol de San Telmo sobre los conventillos: http://www.elsoldesantelmo.com.ar/?p=2564http://www.elsoldesantelmo.com.ar/?p=2564
¡Léanla!

La violencia está de moda

- ¿Vos qué usás?
- Violencia, ¿y vos?
- Todavía nada más allá de algunos gritos.
- Tenés que probar con violencia, no sabés cómo conseguís lo que querés.
-Pero, ¿no es muy agresiva la violencia?
- ¿Y a quién le importa?
- Mmmmm.... No sé, ¿vos decís que pruebe?
- Si, obvio.

Fuera de la ironía del diálogo anterior, la violencia se ha vuelto una manera en que la gente consigue las cosas en vez de sentarse a hablar como gente civilizada. La ciudad fricciona las relaciones interpersonales, pero me parece demasiado tener que llegar a semejante grado de violencia:

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1336059

http://www.clarin.com/politica/Roca-vias-corte-tercerizados_0_395360656.html

Private Jazz Sessions


Si disfrutar de una Jazz Session rodeado de amigos, buenos vinos y una picada de por medio puede llegar a ser una experiencia un tanto snob, mucho más excéntrico y genial resulta que el espectáculo ocurra en la casa de uno. Ese fue mi caso anoche, cuando tuve el agrado de disfrutar la música de excelentes artistas en mi propio living.

Si bien una de las razones del evento fue el lanzamiento del nuevo CD del Vivant Quartet, otras bandas fueron las que prestaron sus acordes y nos deleitaron. Las interpretaciones estuvieron a cargo de Pablo Juarez en contrabajo, Romeo García, Jorge Lades y Gabriel knoll en piano, Gustavo Cortajerena en trompeta, Ramiro Sosa, Emiliano Sosa y Gloria Sosa en voces.


La velada se extendió hasta entrada la madrugada y la música sólo se interrumpió en intervalos de cerveza y empanadas y pizzas caseras. El cálido aire estival se mezcló con los suaves aromas del orégano, la albahaca, los buenos tintos y composiciones de George Gershwin, Miles Davis, Victor Young, Bill Evans entre otros. No faltaron los brindis con champagne y el matambre hecho en casa, todo en un ambiente informal pero a la vez placentero. El Jazz hizo su parte y nos transportó a los controvertidos territorios de Estados Unidos de mediados de siglo XX en adelante.


La modalidad de este evento, que se compara sólo con las cenas preparadas por chefs que asisten a domicilio en forma privada, es una nueva tendencia que lentamente se viene imponiendo y que es un lujo tanto para los anfitriones como para los agasajados.

Para más info:




Despedida Nestor Kirchner

Entre cantos de aliento a Cristina, banderas de diferentes organizaciones, gente de traje o en zapatillas y una fila que llegaba hasta la avenida 9 de Julio (al menos a las 19:30 hs de hoy) se lo despidió al ex presidente Nestor Kirchner.









Festival de Jazz 2010



Este 22 y 23 de octubre se celebra la décima edición del Festival de Jazz, organizado por la UTN en el Teatro Roma de Avellaneda con muy buenos exponentes del género. Lo recaudado irá a beneficio de la escuela n°66 "Entre Ríos" entre otras intituciones de bien público. Las presentaciones se intercalarán con la danza de los bailarines Ana Laura Bordoni y Ernesto Biggeri, que harán vibrar el escenario.
La apertura del festival estará a cargo del grupo Vivant Quartet, que se presenta por primera vez en este evento. Entre sus interpretaciones cuentan con temas propios, como el inconfundible "cinco por cuatro, veinte", y temas de jazzeros de renombre.
Luego será el turno de Django Trio, compuesto únicamente por instrumentos de cuerdas. Contará este año con la participación del joven violinista Joe Troop.
La Antigua Jazz Band cerrará la noche con doce músicos en escena interpetando temas de Duke Ellington y reinterpretaciones clásicas llevadas al jazz.
La segunda noche estarán la Commodore jazz Cuarteto con sus interpretaciones "new standard" con un tratamiento al jazz-fussion. Luego vendrá Brutta-Farsa jazz Cuarteto con sus reinterpretaciones de clásicos del jazz y finalmente la Porteña Jazz Band cerrará el festival con sus más de 45 años de experiencia musical.
Quien quiera asistir, la dirección es Sarmiento 109, Avellaneda. El evento comienza a las 20 hs y el valor de las entradas es de $40.

Basura en Buenos Aires




Esta es la primer entrada de la sección "Fotoperiodismo", donde voy a subir fotos de lo que pasa todos los días en Buenos Aires captao por mi máquina de sacar fotos. Que lo disfruten.

Sábado 30-10-10 ¡envecinate en el Lezama!


El sábado 30 de Octubre 2010 a las 17 hs vení a envecinarte al Parque Lezama y prendete en la gran mateada de San Telmo.
Enterate más en:


The real "mateada" experience!

Lanzamiento Revista Telma

Venís a San Telmo.


Te encontrás. Recorrés. Mirás. Te embriagás . Disfrutás. Te reís. Preguntás . Curiosiás. Comprás. Buscás. Caminás. Te perdés. Volvés. Te gusta.


Vivís San Telmo.Vivi Telma, la revista del barrio.

Foto: Los editores de Telma, Caterine y Edio, y yo.

El Sol de San Telmo

El Sol de San Telmo es una publicación mesual y gratuita que habla del barrio homónimo. La intención del diario es retratar a San Telmo desde un punto de vista de sus vecinos, o sea a nivel social. También se tratan temas de patrimonio, cultura, agenda, comunidad, etc.
Allí estoy colaborando con algunos artículos. El link de su edición digital es el siguiente: www.elsoldesantelmo.com.ar
Les recomiento que si pasan por el barrio consigan un ejemplar; allí se encontrarán con las palabras de los mismos vecinos que recorren sus calles todos los días. Encontrarán una visión de San Telmo desde los ojos de la gente de San Telmo.

Les Mentetts

El domingo a la noche fui a ver un espectáculo en la pequeña Sala de Representantes de la Manzana de las luces, solar que fuera ocupado inicialmente por los jesuitas en el siglo XVII y cuyo nombre se debe a que fue cuna de intelectuales argentinos, ubicado entre las calles Perú, Alsina, Bolivar y Moreno.
El grupo de música "Les Mentetts" (había aproximadamente, entre cantantes, guitarristas, bajistas, flautistas, etc., veinte personas en el ínfimo escenario) estuvo bien.
El concierto consistió en una velada casi íntima para los pocos que entrábamos en el recinto semicircular de la Sala de Representantes que tiene la impronta neoclásica de los teatros griegos. El escenario, de mínimas dimensiones pero de una altura de mayor importancia, el diámetro total de la sala no mayor a los siete u ocho metros, la solidez de los materiales y cortinados y la intencionalidad de la iluminación crean un ambiente solemne, tal vez un poco rígido para un evento musical.
Mi mirada de arquitecta y de amante del patrimonio histórico se concentró básicamente en la idea de que un edificio de 1800 puede cambiar sus funciones pero seguir sirviendo a fines culturales -o de otro tipo- sin perder si riqueza y su valor original.
Recomiendo visitar la Manzana de las luces, la Procaduría, los túneles, el Colegio Nacional y la Iglesia de San Ignacio -todos están dentro de una misma manzana- ya que forman parte del patrimonio edilicio y cultural de la ciudad de Buenos Aires.

Crónicas Gourmet: La Nonna Bianca

Sobre la calle Estados Unidos, a unos metros de la calle Defensa, en San Telmo, pleno casco histórico de Buenos Aires, está la heladería, cafecito, cyber y locutorio La Nona Bianca.

Ambientado con estilo patagónico urbano, este local ofrece el mejor helado de chocolate semiamargo del mercado, el chocolate “Nonno”. Su consistencia es, al ir perdiendo frío, la de una mouse. Es ideal para acompañar postres o cortarlo con algún otro gusto de frutos rojos.

Esta heladería también sirve café y facturas. A veces, a la tarde, se puede ver a turistas y locales sentados en modestas mesitas y banquetas de madera trabajando con sus notebooks mientras disfrutan de un café.

El ambiente es tranquilo en la planta baja y no suele llenarse- generalmente los que compran helado no lo consumen en el lugar. No pasa lo mismo en el entrepiso donde están las computadoras del cyber. Aquí se escuchan todo tipo de lenguas pero casi nada de español.

Recomiendo, si uno anda por el barrio, los helados de La Nonna Bianca alguna calurosa tarde de verano porteño.

La Nonna Bianca está en Estados Unidos 425 – San Telmo.

Crónicas Gourmet: Pub Gibraltar

Gibraltar es un típico pub inglés ubicado en San Telmo, a pocas cuadras del centro de Buenos Aires. Goza de todas las características tradicionales de la fuente de origen que inspiró su existencia: Inglaterra.

Lo mejor del lugar son las cervezas (las hay rubias, morenas y rojas) y son todas muy gustosas. También se pueden encontrar los famosos “fish and chips” u optar por el muy de moda sushi, entre otras alternativas gastronómicas. Sin embargo hay que tener en cuenta que Gibraltar no es un restaurante con lo que cualquier cosa que pidan para comer es sólo un snack para cortar el hambre.

En cuanto a la decoración, de más está decir que incurre en rasgos ingleses: hay paredes empapeladas en rojo, predominan los muebles de madera y los sillones de cuero (infaltable es el enorme Chesterfield negro), desparramados por las paredes hay publicidades y planisferios y hay lámparas que generan micro ambientes adentro del relativamente reducido espacio del local.

Gibraltar es paso obligado no sólo para el after hour a la salida del trabajo sino también para hacer la “previa” antes de que comience la noche los fines de semana. Su ubicación, Perú 895, es estratégica si uno tiene pensado ir a algún boliche o continuar la noche por la zona o por Puerto Madero. Durante los días de semana, cuando cae el sol, se va llenando de oficinistas y turistas hasta desbordar de gente. Los sábados el ambiente de júbilo se alarga hasta que todos se dan por satisfechos de cerveza y se dirigen a los boliches.

Los precios son accesibles y recuerden: la especialidad de este pub son las cervezas de todo tipo. Absténganse de desviarse mucho de esa opción. Si bien se sirven otros tragos, hay que entender que en Gibraltar lo mejor son las cervezas. ¡Y vale la pena probarlas! Yo recomiendo alguna roja que son de las más suaves.


Gibraltar está en Perú 895

Crónicas Gourmet: Bar El Federal

Con aires de viejo cafetín de barrio, El Federal es una opción imperdible si se visita San Telmo, casco histórico de la ciudad de Buenos Aires. De ambiente joven y familiar, más allá de que podría ser elegido por nuestros abuelos para tomarse un campari, aquí abundan turistas, estudiantes, la joven generación de “diseño”, amigos de edad madura y gente que ya pasó los sesenta años.

El mobiliario y la decoración son cálidos y están dispuestos para dar esa sensación de viejo bar de encuentro y discusión. Sobre las paredes abundan los póster y las fotos viejas de publicidades de sodas y de bebidas alcohólicas. La robusta barra de madera, con un arco tallado que delimita el sector de la caja, se extiende casi en todo el largo del local. Detrás, la pared está decorada con todo tipo de botellas. La luz es tenue pero suficiente. La falta de televisores o música excesivamente alta crean un clima íntimo, ideal para ir a charlar con amigos o parejas.

La comida es abundante, sabrosa y viene bien caliente (no importa donde decidamos alimentarnos, lo esencial para la mayoría de los comensales es que un plato caliente no lo sirvan ni frío ni tibio). Las picadas, las hamburguesas completas o los sándwiches de pan de campo son la especialidad. En la barra se exhiben delicias pasteleras y la cafetería es justo a la medida del lugar: muy buena. Recomiendo los cafés especiales (aquellos que vienen con wisky o licores).

La carta es acotada –recuerden que es un bar, no un restaurante- aunque si uno decide quedarse a comer, el menú ofrece diferentes opciones: pastas, ensaladas especiales, milanesas.

El servicio es bueno; los mozos sirven bien y rápido y evitan cargosear cada cinco minutos para preguntar como está todo.

Los precios son económicos y muy accesibles y se diría que por el servicio, la comida y el ambiente son bastante moderados.

El Federal es un bar al que se puede ir en cualquier momento del día. No es de esos que se “ponen” a cierto horario.

Ambiente íntimo, decoración típica, excelente lugar para charlar, tomarse un buen café o comer un rica hamburguesa, estas son las razones por las cuales recomiendo a El Federal.


El Federal queda en Perú y Carlos Calvo.

Turista en mi barrio - San Telmo

Es buenísimo ser turista en mi barrio. Con sólo caminar una cuadra ya estoy en el centro neurálgico de la movida de San Telmo.
Los domingos a la tarde siempre me dan ganas de ir a curiosear lo que está pasando allí abajo, en la calle Defensa donde el clima se vuelve festivo.
El tránsito se corta para dar lugar a candomberos, ferias artesanales, músicos, tangueros. Sobre los adoquines que caracterizan a la calle Defensa se agrupan turistas, para ver, por ejemplo, a esta banda que con sus tambores hace bailar a medio mundo. La gente se ríe, disfruta. Hoy el clima está ideal y se nota en el regocijo de los visitantes.
Entre los entretenimientos que pueden verse están: un artista que “pinta” sobre una tela figuras que va haciendo y deshaciendo en el momento; no pueden faltar los bailarines de tango o el músico solitario que toca jazz con una trompeta u otro que canta música brasilera con una voz muy dulce.
Acompañando lo que ocurre afuera, hay todo tipo de locales abiertos que dan la bienvenido a los visitantes; desde tomarse un helado artesanal o un café con alfajores marplatenses hasta ver chucherías en un anticuario, o entrar a uno de los pocos mercados de abasto que quedan en la ciudad, construido por Buschiazzo, o comer un asado en alguna de las varias parrillas que San Telmo ofrece, o tomar un cafecito en el inconfundible patio de una casa chorizo bajo una enredadera al lado de la casa de Castagnino, o entrar al Pasaje Defensa para ver un poco de típica arquitectura porteña del 1800, o chusmear las chucherías de las ferias o toparse con una banda de músicos literalmente ambulante (¡tocan sus instrumentos mientras caminan!) o simplemente deleitarse con la gran cantidad de edificios históricos de la zona.
Yo, a esta parte de la cuidad la recorro de lunes a lunes y puedo decir que los domingos es la calle más alegre de Buenos Aires. San Telmo de por sí tiene tanto atractivo que uno puede pasarse el día recorriéndolo. Pero a todo esto se le suma su cercanía con Puerto Madero.
Un recorrido que recomiendo para cualquier turista es comenzar a la mañana una caminata por la calle Defensa desde Plaza de Mayo. Pasar por el Museo de la Cuidad, la Iglesia de San Francisco, el Centro Cultural Plaza Defensa, la Iglesia de Santo Domingo, las casas de antigüedades que comienzan a aparecer después de la avenida Belgrano, sacarse una foto con Mafalda en Defensa y Chile, visitar el Zanjón de Granados, seguir hasta la plaza Dorrego, caminar un poco más hasta el Pasaje de la Defensa, volver una cuadra atrás y doblar por Humberto Primo, visitar la Iglesia de San Pedro Telmo, tomar por Balcarce hasta la avenida Belgrano (sí, eso sería retomar pero ahora por Balcarce), pasar por bellos edificios industriales, al llegar a Belgrano bajar a Puerto Madero, recorrer los docks durante el atardecer y cerrar el recorrido tomando un trago o cenando en alguno de los tantos locales de oferta gastronómica del nuevo barrio.
La oferta de entretenimientos de San Telmo y Puerto Madero es muy variada. Recomiendo darse una vuelta. Vale la pena.

Veleros del Bicentenario

La calma usual del barrio más nuevo de Buenos Aires, hoy se vio interrumpida por hordas de gente y chicos y seguirá así mañana y hasta el martes 9-03.
Como parte de los festejos del Bicentenario,han llegado a Puerto Madero veleros de distintos países. Las actividades que se desarrollan (hay bandas que tocan música, desfiles, luces de colores que apuntan al Puente de la Mujer, etc) son las típicas que se colman de gente y que por ende se tornan un poco fastidiosas para realizar. Son actividades ideales para ir con niños.
Por otro lado, tampoco hay mucho para hacer más
que sacar fotos y entrar a cada
velero o quedarse a ver el espectáculo de algo así como sesenta músicos tocando a pasos del Hotel Hilton.
El paisaje de Puerto Madero, con sus edificios modernos, suele aportar un condimento gustoso
para todo aquello que se desarrolle al aire libre. Sin embargo creo que esta vez no alcanzó para remontar la actividad.
Mi puntaje para esta salida es: regular. Si están con amigos, desistan de ir.
Ahora bien, si quieren llevar a sus hijos, sobrinos, nietos, van a tener que ca lzarse unos cómodos zapatos y recorrer los docks.




















Graffitis


Algunos los consideran contaminación visual. Para otros es expresión individual o colectiva. ES un sentimiento escrito en una pared a la que el autor desea que todos vean. Es anónimo pero al mismo tiempo tiene autoría.
Para mí, que soy arquitecta, los graffitis resaltan la idoneidad de la ciudad, son parte de ella y le aportan un legado artístico que sólo sus propios habitantes pueden darle.
De la misma manera que un arquitecto, un urbanista, un diseñador industrial o un diseñador gráfico contribuyen con un objeto de diseño a nivel urbano (por más “atractivo” o “repulsivo” que lo encontremos), ya sea un edificio, el trazado de un barrio, el mobiliario urbano, los carteles de publicidad, etc., un graffitero colabora con su arte, su diseño, su idea.
A mi parecer, las ciudades, al crecer, deben conferir al aprovechamiento de sus paredes dándoles lugar a estos artistas urbanos para expresarse. Rechazo rotundamente la mala voluntad de arruinar edificios históricos o edificios cuyas fachadas no han sido pensadas para ser escritas. Pero de la misma manera que los arquitectos flexibilizaron sus proyectos para incorporar los equipos de aire acondicionado, creo que también deben adecuarse a la idea de que en la ciudad existe un grupo de gente que necesita ser “escuchada” a través de sus graffitis.
Si consideramos estas escrituras y estos murales como pequeñas obras de arte, entonces al incluirlas en nuestros proyectos estaremos enriqueciéndolos.

De baches y aguas sucias

Esta mañana, de camino al trabajo, recién bañada, peinada, maquillada y perfumada, y como todas las mañanas, emprendí la laboriosa y cotidiana travesía por veredas rotas, baldosas levantadas, pozos en donde es evidente que antiguamente hubo una vereda y en donde hoy uno puede encontrar todo tipo de basura, tierra, pedazos de revoque y/o mamposterías, restos de comida, papeles, alambres, etc. Sin embargo, hoy era un día lindo. La mañana se perfilaba soleada y no muy calurosa. Hoy era uno de esos días para estar de buen humor.
Por mi parte, mientras caminaba, yo estaba inmiscuida en mis pensamientos -hoy, tal vez más que nunca, eran pensamientos sino positivos, bastante alentadores- trataba de auto aconsejarme paciencia (don del que definitivamente carezco) cuando la ocurrencia de un conductor desprevenido hizo que su vehículo pasara por el más pequeño pero dañino y lleno de agua sucia bache que había en la calle.
El agua que allí adentro había, desconozco de dónde pudo haber salido ya que ¡no llueve desde la semana pasada!
La cuestión es que la burbuja de ideas que flotaba por encima de mi cabeza se pinchó en el mismo momento que un baño de gotas rebosantes de arcilla, smog concentrado y no sé qué otras mugres me bañaban por segunda vez en menos de una hora.
El conductor -que de hecho se dio a la fuga- debe haber comenzado su mañana con unas desinhibidas carcajadas al recordar a esta señorita pituca que en menos de un segundo quedó hecha un estropajo.
Yo no pude más que quedar paralizada y pensar: "¡No lo puedo creer!" Lunares parecían las manchitas de mugre que habían quedado esparcidas en toda mi ropa, mi cara y mi pelo.
Inmediatamente, tratando de disimular mi desconcierto, manejé la situación con celeridad y disimulo. Saqué una toallita que llevo para el gimnasio y me limpié. Al rato ya estaba de nuevo brillante como cuando salía de mi casa.
Unas cuadras más adelante, volviendo sobre el acontecimiento, me daba cuenta de que yo, al igual que el conductor, había empezado mi mañana entre carcajadas. Bien podría haber sido un designio divino el que me llenara de mugre justo en le momento que intentaba ser positiva, pero lo cierto es que la cuestión me causó mucha más risa que desconsuelo.

Secuencia de un relámpago


Sé que los porteños y los bonaerences sufrimos a fines de febrero -es una posta, siempre ocurre- de lluvias potentes que inundan la ciudad y que dejan como conseciencia a barrios sin luz por días, mercadería perdida, hasta algunos muertos o heridos.
Este año no fue la excepción; las lluvias azotaron y lo hicieron más de un día, que era lo que se venía dando hasta ahora.
Cayeron algo así como 80 mm por hora y provocaron que zonas como Palermo se conviertan en lo que la gente bromeaba "La Venecia de Sudamérica".
Las noticias se escucharon en oficinas, casas, hospitales. Todos nos mojamos al menos un poquito. En Santa Fé y Av. Juan B. Justo se veía a la gente cruzar con el agua hasta arriba de la cintura y agarrada a una soga que les guiaba el camino. Hasta apareció un gomón que flotaba en medio de la avenida que alguín trajo para transportarse.
Una de esas noches lluviosas, yo, jugando con mi cámara, capturé la secuencia de un rayo iluminando por un segundo el cielo. Fue tan rápido que al sacar la foto ni me percaté del hecho. Sólo comparando luego las fotografías me di cuenta que la luz de la misma habia sido un relámpago.

Calor en Buenos Aires


Enero 2010. El cambio climático se hace notar.
Por más que me digan lo contrario, este es un verano muy caluroso como no lo fueron hasta hace algunos años. Con sensaciones térmicas que trepan a más de treinta y cinco grados, con días sofocantes, con cortes de luz que dificultan la vida en este verano, nos encontramos los chamuscados habitantes de esta cuidad, Buenos Aires, y sus alrededores, tratando de buscar un refugio contra el calor. De más está decir que los aires acondicionados no dan abasto para enfriar viviendas, oficinas, negocios, restaurantes, gimnasios, etc. Yo, que tengo la suerte de estar en una oficina con aire acondicionado central, paso el día sin siquiera percatarme del calor. Pero a la noche, cuando me voy a dormir, escasamente puedo contar con un ventilador de techo que, si tirase aire como el ruido que hace, no tendría por qué despertarme en el medio de la noche asfixiada por la temperatura.
Es verano, y las temperaturas altas, ya se irán con los días. Lo que quedará (mi ojo de arquitecta no me permite obviarlo) serán las fachadas mamarracheadas por estas "cajitas" tan grandiosas pero tan feas que generan aire frío -y algunas también aire caliente. Entiendo que antes los edificios no se pensaban con espacios preparados para alojar a los compresores, y que siempre hay un hueco en el balcón donde cabe uno, pero de que quedan horribles, no hay duda.

Semáforos de Buenos Aires


Generalmente el tiempo de espera que se necesita para cruzar una calle en Buenos Aires es de aproximadamente un minuto. Ese es el tiempo que tienen los autos para pasar hasta el próximo cambio de luces. Ese es también el tiempo que tienen los peatones para esperar hasta tener el paso libre. Eso sí, si uno es argentino, o mejor dicho porteño, nunca espera el minuto y cruza antes, a veces hasta cuando los coches todavía siguen pasando.
Otro dato a tener en cuenta es que, cuando el semáforo para peatones empieza a titilar en rojo, desde ese momento tenemos el tiempo necesario para cruzar toda la calle - obviamente si es que estamos cruzando a una velocidad de "planeo", a saber: no a una velocidad de paso de anciano ni de alguien que tiene la pierna enyesada, sino a una velocidad normal.
Algunas calles, en el centro, por ejemplo, tienen en el semáforo de peatones un temporizador que va en cuenta regresiva marcando los segundos que uno tiene para cruzar. Cuando este temporizador o cronómetro llega a cero, todavía tenemos unos segundos hasta que el semáforo de los coches se ponga en verde. Si no me creen pueden chequearlo por ustedes mismos. O sea, en conclusión, siempre hay una yapa de tiempo para cruzar en estos casos.
Por último, no podía faltar un comentario sobre cómo cruzar la avenida 9 de Julio (para ubicar a los que no han cruzado esta avenida hace mucho, les comento que tiene cuatro tramos de cruce: dos son calles "colectoras" y los otros dos son los carriles centrales separados a su vez por canteros o por explanadas de circulación). Es casi imposible cruzar los cuatro tramos de una, a no ser que uno vaya corriendo. Los semáforos están sincronizados para poder cruzar sólo dos tramos por vez: una calle colectora y uno de los carriles principales. Aquí, también hay un temporizador en el semáforo peatonal que cuando llega al número siete todavía podemos cruzar (ojo, siempre que estemos en velocidad de "planeo"). Lo que se puede aprovechar para ganar tiempo de cruce, y si nuestro recorrido lo permite, es cruzar los dos primeros tramos, luego hacer una cuadra por las explanadas centrales y finalmente cruzar los dos últimos tramos que nos restan.
Lo que mi experiencia de peatón me ha enseñado, es que no hay que temer al hombrecito rojo que titila en el semáforo. Si somos un poco lanzados y nos gusta la aventura -y sabemos que estamos en forma para salir corriendo si nuestros cálculos del tiempo de los semáforos fallan- entonces aprovechen estos consejos. Se los dice alguien que cuenta en su haber con cientos de kilómetros de caminata (y de cruces) por Buenos Aires.

Fin de año en la ciudad


Es fin de año en la ciudad y todos queremos desprendernos de lo que ya sin duda sabemos no usaremos: calendarios del año que termina. Y qué mejor idea que arrojarlos por las ventanas de nuestras oficinas del centro. Aprovechamos también para deshacernos de papeles viejos, de impresiones que salieron defectuosas, de hojas obsoletas.
Y así la ciudad se llena de blanco. Y todo es alegría si pensamos -erróneamente- que con todas estas delgadas láminas de celulosa dejamos atrás todas las locuras del 2009. No olvidemos que vendrán otras nuevas, ciertamente, con el año que comienza.
Y tanta algarabía no sería desdeñable si fuésemos una población más limpia. He pasado ya tres veces por un mismo lugar (de hecho por varios lugares) en tres días diferentes y la basura y la alegre nieve blanca de papeles y calendarios viejos sigue en el mismo sitio. Y supongo que para los humanos ver tanta basura junta deja de ser una fiesta porque ahora lo es de las palomas desesperadas por escarbar los restos del brindis del miércoles por la tarde. Es viernes y las palomas has decretado su dominio. Y si esa basura sigue allí más tiempo, luego vendrán los gatos, los perros callejeros y las ratas. Y el lunes, cuando todo el mundo camine nuevamente por Perú y Diagonal Sur (sólo para nombrar UN lugar) tendrá que batallar con las ratas, las moscas, los perros callejeros, los gatos y las palomas que se estén dando un festín entre las bolsas desgarradas por las garras animales.
Aquí las fotos que delatan nuestra mugre:
http://www.flickr.com/photos/cronicasportenas/4235163094/in/set-72157623116256624/