Existe una y muchas Buenos Aires. Una que va cambiando todo el tiempo bajo un ritmo y una cadencia a veces sonoros.
Camino en esta ciudad porteña que amo, en la que sólo existen las calles, los edificios y sus personajes. Descubro tesoros en mal estado, registro momentos, inspecciono tardes o mañanas soleadas, me detengo, avanzo. Soy un fantasma en Buenos Aires.
Nunca podre tener tu mirada de la ciudad.
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