Y de hierro es... I

Cuando, hacia 1900, el auge de la ciudad de Buenos Aires imponía una importada moda de edificios afrancesados e intalianizantes, como una tardía oleada del estilo que decaía en Europa, los sistemas constructivos con estructura de metal eran, desde ya algún tiempo, los que estaban reemplazando a los tradicionales en los países industrializados de Europa y Estados Unidos. Es cierto que existía un desconcierto y una confusión mundial generalizados sobre cuál debía ser el aspecto de esta nueva arquitectura surgida de la Revolución Industrial. Los sistemas y tipologías antiguos no eran totalmente compatibles con los recientes de esa época aunque, sin embargo, los únicos disponibles y conocidos.
Como siempre, antes y ahora, la arquitectura era la representación de un un grupo de aspectos y pensamientos que caracterizaban a la sociedad; pero la forma que tomará esa representación de esta nueva sociedad industrial, será una búsqueda que se va a extender hasta entrado el siglo XXI.
Y así, aquí, en la transculturización de esos modelos y estructuras se generó un collage. Esta confusión mundial, que en Buenos Aires se mezcla con el delay de la llegada de unos estilos cuya significancia representativa tiene valor importante, deriva por momentos en construcciones con columnas y vigas de hierro pero con fachadas típicas del academicismo de la École de Beaux Arts, y, a veces, ocultando el verdadero soporte estructural "revestido" de ladrillos u otros materiales.
Casi toda la avenida de Mayo está construída de esta manera, el palacio de Aguas, los edificios fabriles cercanos al puerto, los docks de Puerto Madero, sólo para nombrar algunos.

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